Crecí con la creencia de que el liderazgo era sinónimo de fuerza, de orgullo, de arrogancia, de autoridad, de mando. He aprendido que no es siempre esto. En algunos casos puede ser todo lo contrario.
El liderazgo viene del ser, de la conciencia de sí mismo, de la humildad, la conexión, el intercambio. Comunica una visión, una dirección, una ambición, una manera de contribuir a la humanidad, al mundo.
Podemos actuar como líderes y en realidad no serlo... o actuar como gente común y corriente y ser líderes poderosos.
El liderazgo son chispas en la mirada, es resonancia, es ser feliz de estar aquí, es estar vivo aquí, ahora y es estar abierto a la vida, a lo desconocido.
El liderazgo es la confianza en uno mismo y en los demás. Es inspiración.
En la vida laboral y en el mundo de la empresa, el liderazgo tiende a ser contaminado por creencias y hábitos limitantes. La creencia de que cuando se accede a un puesto de responsabilidad, hay que actuar de cierta manera, hacer ciertas cosas, ser así y no asá.
No es totalmente falso. Algunas normas pueden ser útiles. Pero el problema es que la mayoría de los ejecutivos tienden a alejarse de su personalidad, de sus deseos personales, de sus objetivos y de sus creencias.
Tienden a convertirse en managers estereotipados. Estereotipados por su propia idea de como deberían ser. Estereotipados por la cultura corporativa, los hábitos, las normas no dichas y los reglamentos.
¡No esperen demasiada creatividad o ideas innovadoras con esta perspectiva!
¡Ten la valentía de quitarte el sombrero! Sé tu mismo! Sopla las barreras!
Incluso si tu eres un excelente actor, tu papel terminará sonando falso.
¡Permítete ser tú mismo! Desde allí puedes empezar a ser un líder.
Hay que focalizarse en las responsabilidades, en los objetivos, no en la etiqueta o en la idea que tenemos de la función. Sé ti mismo en este contexto. No tomes actitudes pre-formateadas.
Por supuesto, lo que has aprendido en tu educación y durante tu experiencia te sirve, es útil. Pero dale más espacio a la espontaneidad, a la intuición, a la viveza. Dales espacio a la autenticidad y a la originalidad en el lugar de trabajo. Permite que la torpeza y el error sean aceptables. Dales el permiso a las actitudes diferentes. Ve a por la creatividad y abre el equipo para pensar más allá de lo habitual.
El liderazgo viene del ser, de la conciencia de sí mismo, de la humildad, la conexión, el intercambio. Comunica una visión, una dirección, una ambición, una manera de contribuir a la humanidad, al mundo.
Podemos actuar como líderes y en realidad no serlo... o actuar como gente común y corriente y ser líderes poderosos.
El liderazgo son chispas en la mirada, es resonancia, es ser feliz de estar aquí, es estar vivo aquí, ahora y es estar abierto a la vida, a lo desconocido.
El liderazgo es la confianza en uno mismo y en los demás. Es inspiración.
En la vida laboral y en el mundo de la empresa, el liderazgo tiende a ser contaminado por creencias y hábitos limitantes. La creencia de que cuando se accede a un puesto de responsabilidad, hay que actuar de cierta manera, hacer ciertas cosas, ser así y no asá.
No es totalmente falso. Algunas normas pueden ser útiles. Pero el problema es que la mayoría de los ejecutivos tienden a alejarse de su personalidad, de sus deseos personales, de sus objetivos y de sus creencias.
Tienden a convertirse en managers estereotipados. Estereotipados por su propia idea de como deberían ser. Estereotipados por la cultura corporativa, los hábitos, las normas no dichas y los reglamentos.
¡No esperen demasiada creatividad o ideas innovadoras con esta perspectiva!
¡Ten la valentía de quitarte el sombrero! Sé tu mismo! Sopla las barreras!
Incluso si tu eres un excelente actor, tu papel terminará sonando falso.
¡Permítete ser tú mismo! Desde allí puedes empezar a ser un líder.
Hay que focalizarse en las responsabilidades, en los objetivos, no en la etiqueta o en la idea que tenemos de la función. Sé ti mismo en este contexto. No tomes actitudes pre-formateadas.
Por supuesto, lo que has aprendido en tu educación y durante tu experiencia te sirve, es útil. Pero dale más espacio a la espontaneidad, a la intuición, a la viveza. Dales espacio a la autenticidad y a la originalidad en el lugar de trabajo. Permite que la torpeza y el error sean aceptables. Dales el permiso a las actitudes diferentes. Ve a por la creatividad y abre el equipo para pensar más allá de lo habitual.
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