En la vida personal como profesional, hay personas que se dejan definir por otros.
Por los padres, los hermanos, la familia, los colegas, los jefes, los amigos...
Ellos dicen si vales, cómo vales, qué vales, qué tienes que pensar, qué haces bien, qué competencias tienes... y dicen qué haces fatal, qué debilidades tienes, de qué carencias sufres...
Y te lo crees...
Hay otras que lo van a cuestionar, que van a dudar de todo lo que viene de fuera. Y tienen razón. Los juicios y las opiniones de los demás a menudo dicen más sobre ellos que sobre ti. En ello, en general no te sirven para mucho.
Lo que sí es importante para ti es lo que haces o no haces. Son tus actos, tus resultados y la vivencia que tienes. Son tus valores, tus sueños, tu energía y tu equilibrio. Lo importante es quien eres como persona, quien estás siendo, quién quieres ser … y qué haces para serlo ya.
¿Qué quieres para ti?
¿Aceptas que los demás dirijan tu vida?
O te creas tu propia opinión y defines lo que quieres y lo que no quieres en tu vida...
¿En qué campo estás hoy?
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