Como personas nos creamos nuestra propia visión del mundo, nuestra propia lógica. Fuimos moldeando nuestra percepción de la realidad, nuestro entendimiento de lo que nos rodea. Nuestras mentes han ido dando sentido a lo que vemos y lo que sentimos.
Así es como se forjan nuestras creencias, nuestras realidades, nuestras certezas.
Y vivimos nuestras vidas con estas gafas que nos construimos día tras día.
Y vivimos nuestras vidas con estas gafas que nos construimos día tras día.
No vemos el mundo como es, vemos el mundo como somos.
Hasta el día en que tropezamos, caemos, fallamos. De repente, nuestra realidad ya no nos aporta respuestas, nuestra lógica ya no funciona... Podemos estar confundidos, desorientados, perdidos...
Entonces tenemos que cuestionarnos, adaptarnos a estas nuevas realidades que descubrimos. ... quizás nos abrirnos a nuevas áreas que ni siquiera sabíamos que existían.
La vida termina llevándote a los límites de tu comprensión, te desorienta, te hace sentir incómodo. Te lleva a dudar, a soltarte, a caer... para levantarte de nuevo.
Para poder más conocerte.
Para hacerte mejor.
Más auténtico.
Más sabio.
Para ser más eficiente, más productivo, más coherente.
Para tomar el camino correcto, para ser el líder de tu vida.
¿Consigues aprovechar estos momentos de duda y confusión para crecer?
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