En la vida social, en la escuela, en las empresas, hacer preguntas puede ser mostrar su debilidad, su carencia. Preguntar es admitir que no se sabe. Es mostrarse lento, estúpido, inferior. No entender y no saber pueden ser una vergüenza.
Es verdad que tenemos tendencia a juzgar a la gente en función de las preguntas que hacen.. A veces casi más que en función de lo que dicen u opinan.
Como si lo más importante en la pregunta fuera como aparece o queda la persona que pregunta...
Qué pena, que despilfarro!
Cuantas buenas preguntas nunca están hechas por malas razones? Y nunca respondidas, claro.
Y que tal es pedir?
Preguntar puede mostrar una debilidad de conocimiento, entendimiento o razonamiento.
Pedir se puede ver como la prueba de una carencia, de una necesidad, de una insuficiencia.
Valoramos la capacidad como adultos de ser independientes, de apañarnos por nosotros mismos. Somos capaces de organizarnos y realizarnos por nosotros mismos.
De hecho, para temas personales, el pedir ayuda resulta delicado.
Implica aceptar y comunicar una necesidad de respaldo, de ayuda o acompañamiento...Y los pedidos exponen a quien pide.
Mucha gente prefiere quedarse en su situación, aislada, incompleta o/y desorientada que formular un pedido a quien sea. Por temor a que se les descubra, que se vean sus fallos, que se les juzgue.
También pedir ayuda a nivel personal puede implicar abrir la puerta a lo íntimo, a lo secreto.
En el coaching, a las personas que acuden a las primeras sesiones les cuesta hablar de ellas mismas de manera abierta y libre. Están tan acostumbradas a presentar el personaje público, o al menos el que se presenta a los demás, el politicamente correcto....que tardan varias sesiones antes de realmente liberarse..
En este aspecto, la pregunta o el pedido son la puerta abierta hacia el aprendizaje.
Es llegar a la edad adulta: identificar tus fuerzas y aceptar tus debilidades.
Ya no ser dependiente o independiente.
Finalmente empezar a ser interdependiente.
La pregunta o el pedido son un cambio de postura, de posición.
Es aceptar nuestra propia vulnerabilidad, aceptar compartir nuestras necesidades.
Pero también asumir quienes somos y querer dirigir nuestra vida.
El primer paso hacia el autoconocimiento y el auto liderazgo...
Es verdad que tenemos tendencia a juzgar a la gente en función de las preguntas que hacen.. A veces casi más que en función de lo que dicen u opinan.
Como si lo más importante en la pregunta fuera como aparece o queda la persona que pregunta...
Qué pena, que despilfarro!
Cuantas buenas preguntas nunca están hechas por malas razones? Y nunca respondidas, claro.
Y que tal es pedir?
Preguntar puede mostrar una debilidad de conocimiento, entendimiento o razonamiento.
Pedir se puede ver como la prueba de una carencia, de una necesidad, de una insuficiencia.
Valoramos la capacidad como adultos de ser independientes, de apañarnos por nosotros mismos. Somos capaces de organizarnos y realizarnos por nosotros mismos.
De hecho, para temas personales, el pedir ayuda resulta delicado.
Implica aceptar y comunicar una necesidad de respaldo, de ayuda o acompañamiento...Y los pedidos exponen a quien pide.
Mucha gente prefiere quedarse en su situación, aislada, incompleta o/y desorientada que formular un pedido a quien sea. Por temor a que se les descubra, que se vean sus fallos, que se les juzgue.
También pedir ayuda a nivel personal puede implicar abrir la puerta a lo íntimo, a lo secreto.
En el coaching, a las personas que acuden a las primeras sesiones les cuesta hablar de ellas mismas de manera abierta y libre. Están tan acostumbradas a presentar el personaje público, o al menos el que se presenta a los demás, el politicamente correcto....que tardan varias sesiones antes de realmente liberarse..
En este aspecto, la pregunta o el pedido son la puerta abierta hacia el aprendizaje.
Es llegar a la edad adulta: identificar tus fuerzas y aceptar tus debilidades.
Ya no ser dependiente o independiente.
Finalmente empezar a ser interdependiente.
La pregunta o el pedido son un cambio de postura, de posición.
Es aceptar nuestra propia vulnerabilidad, aceptar compartir nuestras necesidades.
Pero también asumir quienes somos y querer dirigir nuestra vida.
El primer paso hacia el autoconocimiento y el auto liderazgo...
Creo que el que pregunta debe conocer del tema, saber que preguntar, porque preguntar y bancarse la respuesta.
ResponderEliminarCuando no entiendo muy bien de qué se trata, primero trato de entender para poder preguntar lo que no entiendo y cerrar el concepto. Entiendo que si no entiendo una respuesta no me sacaría la ignorancia de una pregunta mal preguntada. En esos casos elijo el Wu Wei, el tiempo es muy sabio y me dará la respuesta.
A veces las respuestas que vienen por preguntas mal hechas, determinan y me hago dependiente de la respuesta.
El pedido es otra cosa, la respuesta al pedido se vé, se toca, se constata, se hace realidad o hay un no que termina con el trámite del pedido. El pedido tiene principio y fin.
A veces la respuesta al pedido es la misma que la respuesta a la pregunta, hecha pedido.
Es verdad, es un cambio de posición, hay que estar bien posicionada entonces.
Saludos afectuosos!
Gracias por tu sabiduría, Blanca.
ResponderEliminarMe encanta la estrategia de Wu Wei, que puede ser muy apropiada, a veces.
Abrazos
Marc