En la época actual, la necesidad de desaprender para re-aprender, de renovarse y reinventarse es más grande que nunca... A nivel de las personas, de las organizaciones, a nivel de paises...
Los modelos educativos y formativos actuales nos encarcelan en paradigmas, visiones e interpretaciones establecidos. Nos cuesta renovarnos, ser flexibles y creativos, conectar con perspectivas nuevas.

De manera extraña, “la escuela nos ha aprendido a hacer trampa”
En la escuela aprendemos a entregar al sistema lo que requiere de nosotros. Aprendemos a responder a sus expectativas, a su modelo. Lo hacemos para aprobar y ser válidos.
Con los años continuamos adaptándonos a los requerimientos de nuestro entorno. Poco a poco nos alejamos de este potencial más íntimo y diferente que tenemos en nosotros mismos...
Nos apartamos de quienes somos en esencia. Nos enfocamos en lo que los demás quieren de nosotros y ya no somos capaces de escuchar lo que tenemos por dentro.
Perdemos nuestra unicidad, nuestra diferencia, nuestra originalidad para entrar en cajitas y cumplir con criterios predefinidos.
Una vez adultos, a menudo continuamos buscando las respuestas fuera. Damos demasiada importancia a lo que piensan los demás... miramos alrededor para definir como hacerlo nosotros....Buscamos referencias y modelos fuera....
Con estas actitudes, ¿Cómo podemos ser creativos e innovadores?
¿Cómo podemos encontrar nuestras respuestas cuando estamos atrapados por dentro?
¿Cómo parar de hacer trampa?
¿Cómo ser la mejor versión de tu mismo?¿Cómo adaptarte sin engañarte a ti mismo?
En la idea de encontrarnos a nosotros mismos, ser auténticos, más allá de las presiones y negociaciones convenientes que la vida nos obligue a hacer, es esencial para la salud mental y la supervivencia personal. A medida que experimentamos años y trascendemos a nuestros propios sacrificios como personas, en el plano personal, laboral, familiar, vamos comprendiendo que lo indispensable y mínimo para ser sustentable en el tiempo es la paz y la sinceridad con uno mismo. Así el entorno cobra menor importancia y los placeres son más de tipo emocionales que materiales.
ResponderEliminar