Las jerarquías y las responsabilidades son más flexibles y cambiantes.
Pasamos de organizaciones piramidales muy estructuradas a empresas en redes más directas y múltiples en sus relaciones e interacciones.
...De un liderazgo del poder, del control, más masculino...
...a un liderazgo de tribu más difuso, más conectado, más femenino.
En estos entornos las mujeres parecen tener más probabilidades de agregar valor a través de su intuición, su inteligencia emocional, su capacidad a colaborar, conectar y desarrollar relaciones sociales...
Por el contrario, los hombres parecen más limitados en sus posibilidades... Su enfoque más orientado a mostrar su fuerza, a competir, a dominar puede ser poco compatible con empresas o equipos más informales y menos jerárquicos...
Los modelos sociales con los que hemos crecido condicionan nuestras actitudes y nos limitan.
Las mujeres y los hombres nos enfrentamos a retos diferentes:
La mujer necesita salir de los estereotipos de la seducción y de la dependencia, necesita confiar en si misma y en su capacidad de ser una protagonista importante en las organizaciones y en la sociedad.
El hombre tiene que salir de los estereotipos del superhéroe. Alejándose de su tendencia a competir, puede aprender a soltar, a aceptar y manejar sus emociones, su intuición, su vulnerabilidad. Con humildad y autenticidad.
¿Qué os parece?
¿Te reconoces en algo?
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