Los estilos directivos más autoritarios y controladores reducen los niveles de flexibilidad y motivación que están experimentando los equipos.
Cuando el equipo directivo marca con rigidez las tareas por hacer, la capacidad de las personas de adaptarse y aportar un servicio exclusivo se vuelve más limitado.
Por ello, desarrollar la inteligencia emocional, conectar y crear rapport con los equipos aporta optimismo, confianza, empoderamiento, motivación.
Sin embargo, esta cultura más conectada también comporta ciertos riesgos. La proximidad de los equipos, la conexión afectiva y emocional pueden tener consecuencias no deseadas y poco productivas: La incapacidad de dar feedback de manera abierta, clara y eficiente.
Como si el manager, al tener una relación más próxima e íntima con sus colaboradores, coja el miedo a esta confrontación y se sienta incomodo en desafiarlos en sus resultados y en su desarrollo.
La conexión, la sintonía, la proximidad de un equipo directivo tienen que ser auténticas, honestas. Es la única manera de que no sean manipuladoras.
Esta conexión, esta sintonía deben permitir al directivo atreverse a compartir sus expectativas, comentarios, feedbacks, evaluaciones con toda apertura... con sinceridad pero con flexibilidad…
La dificultad reside en tener siempre consciencia de quienes somos como directivos para hacerlo con humildad y desapego, para comentar y construir soluciones desde el compartir, el escuchar y el intercambiar…
Construir rapport sí, parálisis no.
¿Eres capaz de honestidad y apertura en tus feedbacks?
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